Para mí, lo que mejor nos desmostró, y esto será mi aprendizaje de esta semana, fue cómo conseguimos construir una cadena de reflexión con libros.
Antes de llegar a la aula el miércoles, veía esta clase como un conjunto de presentaciones de varios libros. Y punto.
Sin embargo, partiendo de un punto, se encadenaron las participaciones de los companeros para llegar a un discurso. Contando libros que, en un principio no tienen nada que ver, se estableció poco a poco un lenguaje común.
A quién se le ocurre comparar Pizzarra con Steinbeck y con Camus? Tomas Mauro puede hablar en diálogo con un autor actual?
Según avanzaba la clase, demostramos que sí.
Establecimos relaciones entre tiempos y dimensiones, que al final parecían tan sencillas que casi naturales.
Recopilando la leccion, la ensenanza, lo mejor de cada obra, lo discutimos y lo introdujimos dentro del discurso para que éste se mejorara, llegando a ser de gran calidad.
Existen muchas relaciones, y la gran mayoría están escondidas. Compartiéndolas pueden llegar a la luz.
El conocimiento es un nudo de conexiones y relaciones, y por lo tanto es dificil logralo sólo por uno mismo.
Qué pena que no hayan acudidos los propios autores a la aula...
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