lunes, 27 de enero de 2014

A modo de conclusión

A manera de conclusión

Y llegó el final. Sin duda este curso y esta asignatura en particular, ha sido muy especial para todos nosotros y nosotras. 

Para el alumnado, nos ha supuesto un asunción de responsabilidades directa y decisiva. Nuestro proceso de aprendizaje ha sido guiado por nuestras propias capacidades; que al ser puestas en común en un marco horizontal, cooperativo, respetuoso y crítico, se han visto acrecentadas exponencialmente. 

Hemos conseguido trascender modelos más clásicos y rígidos, e incluso modelos tímidamente aperturistas; para dar lugar a un aprendizaje auténticamente colectivo en donde hemos sido protagonistas. 

Nunca ha existido en nuestras sesiones autoridad alguna salvo la ayuda mutua, basada en el respeto y la cooperación de unos con otros. Hemos sido capaces de concebir la innovación, no como resultado de un proceso de fuerte inversión monetaria en el marco vertical de una organización empresarial (una definición generalizada en nuestra sociedad), sino como un objetivo constante que procede del esfuerzo común, de la suma de capacidades y disposiciones mutuas, del compartir y enseñar sin distinción. 

La innovación es así, no una meta que tratamos de dislumbrar en el horizonte, sino una recompensa que vamos encontrando en el camino y que a medida que avanzamos se hace más y más frecuente. Porque nuestro proceso de aprendizaje es una espiral ascendente, y aunque pensemos que nuestros grandes objetivos o innovaciones se hallan en la cumbre de esta especie de montaña que es nuestra espiral ascendente, lo cierto es que a lo largo del camino es en donde encontramos y desarrollamos las pequeñas innovaciones (metodológicas por ejemplo) que al final dotan de un sentido más complejo y satisfactorio a ese gran objetivo inicial.

No quiero pasar la oportunidad de dedicar humildemente algunas reflexiones a nuestro profesor, Roberto, que termina un largo período de su vida pero al que se le abren muchos otros. Él ha sido capaz de adoptar un rol en pie de igualdad con sus alumnos y alumnas, que somos sus semejantes, siempre con el fin de dar la palabra y generar espacios de innovación y entendimiento. Y aunque algunos (entre los que yo mismo me incluyo) no hemos participado de forma tan frecuente como otros, no significa que no interioricemos y que no nos hallamos sentido cómodos en este ambiente. Quizás para personas como uno mismo, ha insistido tanto Roberto en la idea de redactar el blog, puesto que las reflexiones del aula me han inspirado grandes momentos de reflexión que he podido compartir sin ningún tipo de limitación. 

También creo que Roberto ha conseguido introducir una dimensión cercana; cooperativa, crítica y diría, con mucho agradecimiento por mi parte, que también una dimensión emotiva y profunda en el proceso de aprendizaje. Todo ello para enseñarnos a canalizar nuestras grandes potencialidades colectivas hacia la innovación.

Creo sinceramente, que este no ha sido un curso ni una etapa cualquiera. Creo que todos los y las integrantes que hemos formado parte de ella podemos sentirnos orgullosos, y podemos sentir también, que nos llevamos un gran legado de una persona que ha dedicado con tesón los mejores años de su vida a la educación, y a la cual le deseo ferviente, pura y afectuosamente lo mejor en los largos años y vivencias que le quedan por delante. 

A todos y a todas, muchísimas gracias de corazón.

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