¿Qué es “la razón”?. Elogiamos, queremos, admiramos, buscamos y luchamos por la razón, por tenerla, por encontrarla, defenderla y seguirla. La vida en sociedad existe porque existe una razón común y vital que funciona como columna vertebral del complejo sistema en el que vivimos, y que sin ella todo el cuerpo de la estructura caería al vacío, al caos de no ser por la razón que parece dominarnos. La razón es una e indiscutible, y el no estar bajo su techo es caer en la demencia, en la locura antinacional que amenaza al sistema, a la estructura.
Si decía que la razón nos domina, es con la intención de expresar que desde la razón cartesiana hasta el marxismo o el capitalismo cualquier forma de pensar impone la razón de ser, de comportarse, de vivir, de sentir y de pensar la vida, el mundo y la realidad, una sola e indiscutible razón, imposible de cuestionar al no ser que se quiera ser enemigo del sistema. La razón, por lo tanto, al igual que la cultura (que podemos decir que se adscribe al ámbito de la racionalidad de un grupo social determinado) es una herramienta de dominación social, ¿dominación de quién?, no voy a entrar en la cuestión de quién o quienes son estos dominadores, pues no tiene por qué existir un dominador, un hegemón (aunque si que existan). El dominio, la opresión de los instintos básicos que nos hacen ser sociedad a través de la racionalidad no tiene por qué tener un dominador, puede que sea la propia sociedad quien se imponga esta razón, al más puro estilo hobbesiano.
El hecho es, que desde mi interpretación de los que yo llamo “anti-racionalistas”, entendiendo que están en contra o critican el sistema o estructura de dominación social existente en la realidad del ser humano, Nietzsche. Sartre, Foucault… hay que abogar por la concienciación de que “la razón” se diviniza a la altura de Dios, que la razón es una visión, una interpretación (Nietzsche afirma que no existen los hechos, que existen interpretaciones, y Foucault más tarde afirmará que no existe una sola realidad, sino diferentes visiones que chocan y luchan para ser la verdad racional en un caótico mundo de luchas de poder) de una realidad mucho más compleja y no lineal, la cual se hegemoniza gracias a aquellos que son capaces o tienen poder suficiente para mantenerla como única.
Cuando diferentes personalidades como Bourdieu o el mismo Foucault llegan a la idea de que los cuerpos “autónomos” de producción de conocimiento racional entran en la tela de araña que es la racionalidad de la sociedad capitalista, no creo que se equivoquen: producen conocimiento racional, sí, pero de una racionalidad determinada, concreta, que solo responde a una visión, a una interpretación de la realidad y el mundo que nos rodea. La consecuencia lógica de todo este proceso es… ¿puede existir una razón, la racionalidad, en un mundo o en un conocimiento humano en el que se abra la puerta a diferentes interpretaciones, visiones, opiniones de la realidad? ¿es posible romper definitivamente con la estructura única de conocimiento?
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