miércoles, 11 de diciembre de 2013

El nombre de la Rosa

EL NOMBRE DE LA ROSA.

Todos tenemos un libro especial, muchas veces no sabemos por qué, si es por la persona que nos lo recomendó, dónde lo compramos, quién nos lo regaló o simplemente porque hace sentirnos diferentes después de leerlo. Para mí, sin duda es El Nombre de la Rosa, una novela histórica de misterio y filosofía con un gran significado escrita por el gran Umberto Eco, escritor y filósofo, especializado en la semiótica.
Nuestra historia transcurre en una abadía benedictina del siglo XVI famosa por su espectacular biblioteca con estrictas normas de acceso, restringida a cualquier visitante o lector menos al bibliotecario y abad, en ella, transcurre una sucesión de extraños asesinatos; para investigarlos, el abad de la misma, llama a Guillermo de Baskerville, un monje franciscano inglés conocido por su perspicacia e inteligencia y a su discípulo Adso de Melk, voz narradora de la obra.
La tarea principal de la abadía era la copia de manuscritos, sin embargo, se transcribían aquellos que las altas esferas de la abadía y cristiandad permitían, así, el acceso  a la biblioteca permitía nuevos conocimientos a los monjes y alejarse de los ‘correctos caminos de Dios’, ya que esta contenía libros de los grandes filósofos y en ellos ‘su herejía’. A fin de cuentas, los libros siempre han sido el mayor de los peligros para controlar al pueblo, han sido quemados, prohibidos y asesinado a sus autores; ellos transmiten mensajes directos y ocultos, hacen pensar, y esto siempre ha sido un impedimento para los iletrados del poder. En el nombre de la rosa, el libro pecaminoso y diabólico es La Poética de Aristóteles*, El Filósofo,que hacía referencia a la comedia y a la poesía yámbica, afirmando que la Risa es necesaria en la vida del ser humano y una de las fuentes principales del conocimiento, la verdad y posibilidad de cuestionar los absolutos, siendo para los benedictinos, la risa, una fuente de distracción del buen camino; por lo que el libro crea un gran enfrentamiento ideológico provocando la muerte e incluso la destrucción de todo lo conocido.
Finalmente, el autor hace una aclaración a cerca del título de la novela, la rosa y su figura simbólica representan muchas acepciones y significados, tantos, que esa sobrecarga crea un vacío de contenido y de propio significado: ‘De la rosa nos queda únicamente el nombre’

*La Poética de Aristóteles se perdió aparentemente durante la Edad Media.

No hay comentarios:

Publicar un comentario