domingo, 8 de diciembre de 2013

Sensaciones tras dos meses de clase

SENSACIONES TRAS DOS MESES DE CLASE

                                          galicia 241
                                                                 Islas Cies
En una sociedad tan rígida como la que se nos quiere imponer, introducir cuotas de participación reales puede sonar a ficticio. Si nos centramos en la comunidad educativa, el efecto que puede producir en el alumnado el hecho de partir desde la situación particular de cada uno de ellos y ellas, cuanto menos, sería de incredulidad.
Las circunstancias que nos han traído hasta donde estamos, sin ninguna duda, son muy diversas. Habrá personas que se hayan interesado enormemente por la economía, alguno no habrá leído más que un par de artículos en internet sobre temas como  la inflación o la prima de riesgo, e incluso puede que existan miembros del grupo que no les preocupe la economía ni lo más mínimo.
Aún así, nos encontramos en un lugar más común de lo que cabría esperar. Cada día compartimos textos, experiencias, sensaciones, opiniones y discusiones, sobre cuestiones que nos ayudan a comprender el contexto en el que nos encontramos. Estamos en una arena crítica. Si hoy no nos interesamos por entender la realidad en la que vivimos, no nos preocupamos por las vivencias de compañeros y no somos capaces de escucharles puede que estemos perdiendo una gran oportunidad.
Como ya he citado en anteriores entradas, necesitamos a las demás personas. Nadie construye sólo su camino. Siempre hay alguien que coloca una piedrecita en nuestra senda que bien nos hace tropezar, o por el contrario nos ayuda a darnos cuenta de que necesitamos un giro en la dirección que estábamos siguiendo.
Además, aunque todavía no seamos conscientes de ello, también somos actores y actrices activos en la historia de cada una de las personas con las que compartimos este ambiente. Marcamos. Puedo asegurar sin temor a equivocarme, que en multitud de ocasiones en las que tenemos tiempo de elegir, nos preguntamos qué harían en nuestro lugar aquellos a los que apreciamos y a su vez pensamos en las consecuencias que podrían acarrear a nuestros seres queridos determinados actos.
Hemos de asumir nuestra parte de responsabilidad en el proceso que vivimos, aprender a adquirir compromisos y responder ante estos analizando los factores que intervienen y viendo de qué forma podemos lograr éxitos colectivos. Cada día comprobamos la veracidad de la frase “la felicidad compartida es inmensamente mayor”. Cuando aprobamos un examen, cuando no nos da tiempo a terminar un trabajo de cualquier asignatura o cuando sucede algo peculiar en clase, rápidamente vamos a contárselo a alguien especial. Como vemos, necesitamos a otros y otras.
Una de las cosas que estoy aprendiendo con esta asignatura es a no tener miedo a escribir y expresar sentimientos. Siempre desde el respeto a cualquier otra opinión, creo que todo el mundo puede encontrar una vía para conocerse a sí mismo a través de la escritura. ¿Es necesario “empaparse” a fondo de un tema para poder opinar sobre él? No siempre. Cada persona tiene una cultura que ha ido forjando a lo largo de su vida y que le capacita para tener su propio criterio.
Los libros elegidos para compartir en clase nos definen y dan pistas al resto para conocernos, son oportunidades para acercarnos mutuamente.
Recordemos que nadie nos obliga a estar donde estamos. Siempre podemos elegir otro profesor, otra carrera, otro método de aprendizaje. Si se me permite, como consejo al resto de mis compañeros y compañeras, les diré que aprovechen esta ocasión. El sistema educativo español no es, en ningún caso, laxo. Su adaptabilidad a las características de cada alumno son mínimas. Desde pequeños aprendemos las tablas de multiplicar, los ríos de la península, los verbos irregulares de inglés y otros aspectos sobre los que no podemos actuar; simplemente tragamos sin pestañear, “pasamos por el aro”. Nos enseñan aspectos cerrados en la mayoría de los casos. Pero también tenemos derecho a modelar la realidad, a aportar nuestra interpretación de las cosas que nos afectan.
Como sabiamente dijo Erich Fromm, tenemos “miedo a la libertad”. En ocasiones no tenemos el valor de afrontar situaciones que supongan esfuerzo. Pues amigos y amigas, aquello que no nos cuesta nada conseguir, nunca seremos capaces de valorarlo. Nuestro atrevimiento en apostar por el camino del estudiante también implica obligaciones, sensatez, juicio y madurez. Lo siento mucho por aquellos que creen que ésta es simplemente una materia más.
¿Sensaciones hasta el momento? Participación activa, compromiso, responsabilidad, aprovechamiento del tiempo, …
Para acabar me gustaría felicitar a todas y todos los que crean y participan cada semana en este espacio común de aprendizaje y agradecerles sus aportaciones.

Por José Luis Carrasco

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