martes, 17 de diciembre de 2013

El Alquimista

El Alquinista



El Alquimista cuenta la historia de una Leyenda Personal, de cómo las personas deben guiarse por aquello que siempre soñaron realizar hasta el punto de conseguirlo. Y  Santiago tenía un sueño: viajar.

Decidido a cumplir su sueño, comienza su aventura. En el transcurso de sus andanzas, conoce a diferentes personajes: el Rey de Salem que le entrega dos piedras, Urim y Tumim, que le guiarán en su camino; la Gitana que le descubre un tesoro escondido, el dueño de la tienda de cristales al cual Santiago le ayuda a reflexionar acerca de si vale la pena no luchar por la leyenda personal puesto que ese sueño te mantiene vivo; el ladrón que le roba el dinero que había ganado trabajando, el viajero inglés que quiere ser alquimista pero no conoce la verdadera esencia de la Alquimia, el Lenguaje Universal de la Vida: un lenguaje que todos conocemos pero lo hemos dejado en el olvido, un lenguaje que son más que palabras, el lenguaje que muestra aquello que el corazón no ve; sino solo aquello escrito en los libros, su verdadero amor: Fátima por la cual luchará para encontrar su Leyenda Personal y volver junto a ella; las personas que se encuentra en su travesía por el desierto o el auténtico Alquimista que le enseña la escuela de la vida y le guía hacia su tesoro; y los ladrones que le golpean y le dieron la última señal para encontrar su tesoro. Interacciones, experiencias, personas que se convierten en señales hacia su destino: el Secreto de la Felicidad en las Pirámides de Egipto.

En el camino, Santiago encuentra nuevas oportunidades, maravillosas oportunidades, para conseguir hacer lo que siempre ha deseado. Emocionado, sin embargo, hay algo que genera dudas: al juntar dinero suficiente quería regresar con sus, sin embargo recordó unas sabias palabras: “Acuérdate de saber siempre lo que quieres…nunca desistas de tus sueños, sigue las señales…” Y continuó en su búsqueda, personal y material.

Conoció a un Inglés Alquimista que iba en busca de su leyenda personal y aunque había leído muchos libros de alquimia no lograba entender muchas cosas y partieron en una caravana a través del desierto. Así, mientras ocurrían los hechos Santiago entendía el misterio de la Leyenda Personal: “cuando más uno se aproxima al sueño, más se va convirtiendo la leyenda personal en la verdadera razón de vivir.” Pero en el Oasis los clanes entraron en guerra y Santiago se sentía preocupado porque el conflicto le podría alejar de su destino. Aun así, sabía que si no era la “suerte del principiante” sería la persistencia y el coraje quienes le ayudarían.

Pero en el desierto no todo fueron contratiempos sino que allí tuvo una de sus mayores alegrías: Fátima que le guio en su búsqueda y le explicó que “los guerreros buscan sus tesoros y las mujeres del desierto están orgullosas de sus guerreros y yo soy parte de tu sueño, de tu leyenda personal….y por ello, volverás algún día”.

Finalmente llega a las pirámides de Egipto y empieza a cavar hasta que unos refugiados comienzan a maltratarse y reírse de su sueño. Uno de ellos le dice: “para que buscar un tesoro allí, yo tuve un sueño en ese mismo lugar, de que debía ir hasta los campos de España a buscar una Iglesia en ruinas donde los pastores acostumbraban a dormir con sus ovejas y que tenía un sicomoro dentro de la sacristía, y que si él cavara en las raíces del sicomoro encontraría un tesoro escondido...”.

Entonces Santiago comprendió que había encontrado el tesoro en su lugar de origen.

Vivir el presente y perseguir un sueño.

 

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