sábado, 4 de enero de 2014

¿Quién se ha llevado mi queso?

En esta fructíferas navidades que se nos han presentado (y que todavía nos restan, no os alarméis) he dedicado parte de mi tiempo a la actualización de mi ya desfasada biblioteca personal. 
Entre la lectura de las diversas obras clasicas, novelas u ensayos que he podido disfrutar (en algunas de ellas el calificativo ``disfrutar´´ excede del sentimiento que en realidad me han provocado) ha estado una que me ha producido especial satisfacción leer.
A priori, a pesar de que su nombre llevaba escrito en mi lista de libros pendientes el suficiente tiempo como para avergonzarme de mi pereza (ya que el título del mismo no me invitada a una deseosa lectura ), como a menudo me suele suceder (y espero que no solo a mi), el volumen de su número de páginas fue el elemento desencadenante para iniciarme en una lectura que pronto me atraparía por su contenido.
No os quiero desvelar nada acerca de ella, ni tan si quiera su temática, para poder así poder sorprenderos en mayor medida cuando podíais comenzarla. Únicamente y con el objetivo de crear expectación, a continuación cito algunas de sus poderosas frases descontextualizadas (con los inconvenientes que ello implica), así como una enigmática imagen para quienes todavía no has hayáis iniciado ya en su disfrute:

«El movimiento hacia una nueva dirección te ayuda a encontrar un nuevo queso».
«Cuando dejas atrás tus temores te sientes libre».
«Imagínate disfrutando el queso nuevo antes de dirigirte hacia él».
«Las viejas convicciones no te conducen al queso nuevo».
«No analizaban en exceso, no supercomplicaban las cosas»

Por todo ello, para que al igual que yo descubráis o recordéis esta maravillosa fábula (según se trate), os anoto en enlace a partir del cual poder visualizarlo.

¡Deseo que tengáis unas cálidas navidades!

Un abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario