viernes, 17 de enero de 2014

Cooperativas

Exposición sobre las cooperativas

Este era el trabajo de mi grupo por ello haré más incapíe en mi parte del trabajo sobre las cooperativas de crédito que no me dio tiempo a exponer:

Las cooperativas de crédito

I. CONCEPTO
Las cooperativas de crédito son sociedades mercantiles privadas formadas por sus socios, con una doble condición: por un lado son sociedades cooperativas (con una normativa legal específica); y, por otro lado, son entidades de depósito (equiparables a las restantes entidades bancarias).
Una cooperativa de crédito es una entidad bancaria privada que se rige por los métodos operativos y las normas comunes a todas las entidades de crédito pero que se diferencia de ellas en la finalidad perseguida y en su sistema y procedimiento de gobierno.
La doble condición de las sociedades cooperativas de crédito, como cooperativas y como entidades de crédito, hace que se rijan por una amplia normativa que incide desde diferentes ángulos; por lo que cabe distinguir un triple ámbito jurídico: el mercantil, el puramente financiero, y el cooperativo; sobre el que incide también una triple regulación geográfica y/o jurisdiccional, emanada de la Unión Europea, del estado español y de las Comunidades Autónomas con competencias en la materia.


II. LA OBRA SOCIAL DE LAS COOPERATIVAS DE CRÉDITO.
Para comenzar a hablar del labor social de las cooperativas de crédito tenemos que hablar, antes de nada, de la Asociación Internacional de Bancos Cooperativos, de la RSC y finalmente sus beneficios, ara sí poder hacer un análisis de los beneficios que reporta a su labor social.

Asociación Internacional de Bancos Cooperativos: Se trata de una asociación surgida en octubre de 1992 con la tarea de representar a las entidades cooperativas cuyo objeto social consista en una actividad bancaria. Asimismo, se constituye como un foro de discusión del sector cooperativo mundial. Los objetivos de la Asociación Internacional de Bancos Cooperativos son los siguientes:
·         Iniciar y animar el debate, a nivel mundial, sobre los problemas cruciales que afectan a las instituciones financierasde carácter cooperativo: nuevas normas bancarias de supervisión, política, desarrollo comercial, etc.
·         Establecer una estrecha cooperación con la Alianza Cooperativa Internacional y entre los propios miembros de la Asociación Internacional de Bancos Cooperativos.
·         Representar los intereses de las instituciones financieras cooperativas en el seno de la A.C.I.

La RSC: La responsabilidad social corporativa (RSC) también llamada responsabilidad social empresarial (RSE), se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva, valorativa y su valor añadido. El sistema de evaluación de desempeño conjunto de la organización en estas áreas es conocido como el triple resultado. La responsabilidad social corporativa va más allá del cumplimiento de las leyes y las normas, dando por supuesto su respeto y su estricto cumplimiento. En este sentido, la legislación laboral y las normativas relacionadas con el medio ambiente son el punto de partida con la responsabilidad ambiental. El cumplimiento de estas normativas básicas no se corresponde con la Responsabilidad Social, sino con las obligaciones que cualquier empresa debe cumplir simplemente por el hecho de realizar su actividad. Sería difícilmente comprensible que una empresa alegara actividades de RSE si no ha cumplido o no cumple con la legislación de referencia para su actividad. Bajo este concepto de administración y de management se engloban un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresariales que persiguen un nuevo equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental. Los antecedentes de la RSE se remontan al siglo XIX en el marco del Cooperativismo y el Asociacionismo que buscaban conciliar eficacia empresarial con principios sociales de democracia, autoayuda, apoyo a la comunidad y justicia distributiva. Sus máximos exponentes en la actualidad son las empresas de Economía social, por definición Empresas Socialmente Responsables.

Beneficios de la RSC: La escala y el carácter de los beneficios que puede otorgar la aplicación de responsabilidad social en una empresa es relativo a la naturaleza de la misma y es difícil de cuantificar. Algunos autores (Orlitzky, Schmidt, and Rynes) encuentran que hay una relación directa entre el desempeño social/ambiental y el financiero. Sin embargo, aquellas empresas que aplican RSC no buscan un crédito financiero en el corto plazo.
Si bien la definición usada para explicar el impacto en los accionistas refiere generalmente a esfuerzos solidarios y voluntariado, la gestión de RSC puede estar operarse desde en departamentos internos a la compañía como recursos humanos, desarrollo del negocio o relaciones institucionales, o bien puede formar parte de una unidad independiente que reporta al director o en algunos casos a la junta de directivos. Aunque algunas compañías implementan acciones con valores similares sin necesariamente definir un equipo o un programa estratégico.
A menudo la RSC se utiliza para mejorar la imagen de la empresa. Si la estrategia de la empresa y sus operaciones están alejados de la responsabilidad social el programa de RSC se puede interpretar como un intento de lavado de imagen (greenwash si se trata de asuntos ambientales) y la empresa queda en evidencia.
Dentro de una empresa es probable que el programa de RSC se relegue sobre alguno o varios de los siguientes argumentos:
·    
   Recursos humanos: Un programa de RSC puede apuntar al reclutamiento y retención de talentos, especialmente considerando el alto grado de competitividad del mercado. Así mismo un programa de RSC ayuda a mejorar y promover una buena imagen de la compañía en el personal interno, especialmente en casos donde los empleados resultan directamente involucrados a través de actividades generadas por el programa.
·
   Filantropía corporativa estratégica: Las empresas han comenzado a adoptar la RSC no sólo como resultado de presiones de los consumidores, los proveedores, la comunidad, las organizaciones de activistas, los inversionistas, etc. (llamados en conjunto stakeholders); la RSC es también una actividad estratégica adicional en la competencia comercial. Las empresas pueden desempeñar un papel muy importante en la vida de las personas no sólo como proveedoras de empleo y de riqueza, sino como agente de desarrollo en las comunidades en la que están insertas. Muchas grandes empresas son conscientes de ello y han tratado de aprovechar las expectativas que genera la RSC para obtener ventajas competitivas (ayudan ayudándose). La filantropía corporativa ha dejado de ser una actividad autónoma confiada a una fundación y cada vez más forma parte de las estrategias que contribuyen a realizar el objeto social de la empresa.

La obra social de las cooperativas de crédito. La cooperativa se define como una asociación autónoma de personas que se han unido para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común, mediante una empresa de propiedad conjunta y gestión democrática. En el caso de las cooperativas de crédito el objeto social consiste en la satisfacción de las necesidades financieras de los socios. Pero, al margen de esta actividad principal, en la que se deben alcanzar los mayores niveles posibles de calidad de acuerdo con las exigencias del mercado, las cooperativas de crédito pueden, y deben, abarcar otras metas en consonancia con las preocupaciones y los deseos de sus socios. A estas inquietudes responde el destino de parte de los excedentes, materializado en el Fondo de Educación y Promoción Cooperativa. La legislación sobre cooperativas de crédito recoge la obligatoriedad de constitución de un Fondo de Educación y Promoción Cooperativa, dotado anualmente con un porcentaje mínimo obligatorio sobre los excedentes netos de cada ejercicio. Los recursos destinados a dicho Fondo pueden tener alguna de las siguientes finalidades:
1.    Formación y educación de los socios, de los representantes elegidos, de los directivos y de los empleados, a fin de que contribuyan de forma eficaz al desarrollo de sus cooperativas.
2.    Promoción de las relaciones intercooperativas y fomento cooperativo.
3.    Promoción cultural y profesional del entorno, así como la mejora de la calidad de vida, del desarrollo comunitario y las acciones de protección medioambiental.
Las cooperativas pueden servirse de Fondos comunes para desarrollar fines cooperativistas, mutuales o de interés social, constituidos por las aportaciones realizadas por las cooperativas que lo integren (con una parte de los recursos destinados al Fondo de Educación y Promoción). Se trata, por una parte, de un instrumento que refuerza la intercooperación y que, por otra, permite llevar a cabo acciones sociales y formativas de mayor envergadura, aprovechando sinergias y economías de escala. Dicha posibilidad se encuentra presente en otros grupos cooperativos europeos, mientras que en España no existe esa figura. Tan sólo, la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito o las federaciones regionales realizan acciones formativas en común.

III. EL MAPA DE LAS COOPERATIVAS DE CRÉDITO EN 2012.

De las 81 entidades existentes a finales de 2008 se ha pasado a 78 en 2011, si bien, muchas de ellas agrupadas en torno a SIPs, con la previsión de que el número de entidades o grupos quede en 40 o 45 en pocos años, e incluso antes de lo esperado. En todo caso, este proceso puede no ser suficiente y es preciso superar recelos y personalismos que primen la finalidad para los socios sobre los intereses particulares.
El panorama de las cooperativas de crédito españolas en 2012 se puede sintetizar del siguiente modo:
1.    El Grupo Cajas Rurales Unidas, formado a comienzos de 2012 por la unión de dos grandes grupos del sector: el Grupo Cajamar y el Grupo Cajas Rurales del Mediterráneo, formados, a su vez, como se describe seguidamente:
a.    El Grupo Cajamar (1) , constituido oficialmente en diciembre de 2009 -el primer SIP creado en España-. Originalmente compuesto por Cajamar Caja Rural, Caja Campo, Caja Rural de Casinos y Caixa Albalat). El Banco de España lo catalogó como "grupo consolidable de entidades de crédito" bajo la forma de Sistema Institucional de Protección (SIP). Cajamar absorbió a C.R. Balears en el verano de 2010, pero previamente, en 2008, había absorbido a C.R. del Duero.
b.    El SIP Cajas Rurales del Mediterráneo (CRM), aprobado por el Banco de España en otoño de 2010 y formado por 15 cajas rurales, siendo la mayor de ellas la valenciana Caja Rural del Mediterráneo. Este SIP proyectaba integrarse, a su vez, en el SIP en constitución de las cajas vinculadas desde hace años a la Asociación Española de Cajas Rurales (AECR) que cuentan con el Banco Cooperativo Español como entidad bancaria de servicios centrales. Sin embargo, en diciembre de 2011 las negociaciones estaban estancadas y, contra todo pronóstico, el Grupo CRM acordó su vinculación al Grupo Cajamar, ratificado por sus asambleas generales a mediados de enero de 2012. Por tanto, estos dos SIPs han quedado agrupados por fusión en una nueva entidad, Cajas Rurales Unidas, actualmente el máximo exponente en dimensión de la banca cooperativa española.
2.    El SIP denominado "Solventia", constituido en julio de 2011, que con Cajalmendralejo al frente vincula a otras cinco cajas rurales andaluzas. Este grupo destaca en esa fecha por su elevado core capital del 15,5% (casi el doble del obligatorio), un coeficiente de solvencia del 17,04% y una baja morosidad del 2,06%.
3.    El denominado Grupo Ibérico, formado por tres cajas rurales: C.R. de Extremadura, C.R.de Córdoba y C.R. del Sur.
4.    Globalcaja, integrado por las cajas rurales de Ciudad Real, Cuenca y Albacete. A su vez, C.R. Albacete absorbió en 2010 a C.R. de Roda.
5.    Nueva Caja Rural de Aragón, producto de la fusión de Multicaja y Cajalón. A su vez Multicaja absorbió a Caja de Abogados en 2009.

Conclusión

Las entidades de crédito de economía social (cajas de ahorro y cooperativas de crédito) realizan, como reflejo de su propia personalidad, un dividendo a favor de la sociedad, tanto por medio de la Obra Benéfico Social como del Fondo de Educación y Promoción Cooperativa. En este sentido, si bien actúan en el mercado en las mismas condiciones que la banca privada, su orientación de negocio y el destino de los excedentes son una muestra de la preocupación social de estas entidades. Ante la tendencia a la homogeneización de las entidades financiera y a su mercantilización, puede ponerse de manifiesto el peligro a que cajas de ahorros y cooperativas de crédito desvirtúen su razón de ser, olviden sus grandes virtudes como intermediarios al servicio de sus socios y de la sociedad en su conjunto, y todo ello a favor de una rentabilización de un presunto capital ajeno a sus principios. La aproximación empírica ha puesto de manifiesto que, en general, el porcentaje de beneficios que las cajas de ahorros destinan a la Obra Benéfico Social no depende del tamaño ni de la suficiencia del capital. Por tanto, se trata de una decisión estratégica de cada caja, fruto de su compromiso con el entorno donde se desarrolla. En cambio, en las cooperativas de crédito sí se aprecia una tendencia a realizar un «dividendo social» mayor en las entidades más pequeñas y capitalizadas, fruto de su mayor identificación con el medio local donde se desenvuelven. En definitiva, una mayor comprensión por parte de la sociedad de la labor que llevan a cabo estas entidades y, consiguientemente, una mayor demanda según las verdaderas necesidades de una sociedad en constante mutación, pueden contribuir a que cajas de ahorros y cooperativas de crédito actúen, cada vez más, de acuerdo con las grandes virtudes que inspiran sus principios.

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