Cabos sueltos

España cae al puesto 142º de 189 entre los países con facilidad de crear negocios

 La posición española en la lista del Banco Mundial sobre facilidad para la actividad empresarial cae ocho puestos en un solo año

(Noticia aparecida en el diario El País, con fecha 29/10/2013)

Mientras el ministro de Economía, Luis de Guindos, argumenta que el Banco Mundial sitúa a España muy por debajo de sus posibilidades en sus informes, sería oportuno analizar con detenimiento el tema en cuestión.

Si bien este fracaso de la “Marca España”, en el que aparecemos por debajo de lugares como Zambia o Uzbekistán, puede parecer paradójico, no estaría de más recordarle a nuestros “preparados dirigentes”, que tan  sólo una asfixiante Reforma Laboral (para los empleados, por supuesto) puede resultar una fórmula insuficiente para que los grandes capitales internacionales realicen sus inversiones en nuestro territorio. Amigos, la mano de obra barata, no siempre es la solución.

Como bien se cita en la noticia, las empresas no sólo buscan la creación de negocios, sino también espacios de mercado donde se puedan vender productos y/o servicios. Si se generan bienes que no pueden ser adquiridos por la población, debido a su precaria situación económica, la rentabilidad de la inversión tiene un futuro muy gris.

Parece que otra opción clara, sería producir en España y vender fuera de sus fronteras.

La bajada de los sueldos (negada por el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro), la disminución de las ayudas sociales a familias y el encarecimiento de los precios, son factores que determinan la situación general de la ciudadanía. Mientras estas limitaciones disminuyen la capacidad de consumo de la población, existen “encantadores de serpientes” que se dedican a hacernos pensar en Eurovegas y otros grandes proyectos, que servirán para reflotar la economía española.

Como vemos, “el rodillo capitalista” deja algunos cabos sueltos.

Por tanto, seguimos a la espera (con demasiada paciencia) de que aparezca algún personaje en el panorama político que vea la misma realidad que el resto de los mortales.