martes, 29 de octubre de 2013

"Mugre" en el desarrollo

LA “MUGRE” DEL MUNDO DESARROLLADO…

…Y nosotros nos decimos llamar “mundo desarrollado”. Ayer leí impactada una noticia, que literalmente me dejo sin habla; una persona sin recursos económicos, sin seguro médico en México, había muerto a las puertas de un hospital tras cuatro días de rogar asistencia médica.
Yo no sé vosotros, pero yo en estos casos me siento asqueada del mundo en el que vivo. ¿Cómo puede pasar esto en una sociedad como la nuestra?, ¿y nosotros nos hacemos llamar mundo desarrollado?, nosotros lo que somos, tiene un nombre, y se lama bárbaros, hemos retrocedido a los tiempos del hombre de las cavernas. Aún me sigo llevando las manos a la cabeza, me asusta lo que el ser humano es capaz de hacer por el asqueroso dinero. Cómo algo tan efímero como es el dinero puede controlar de tal manera nuestras vidas, que se quede en manos de éste la posibilidad de salvar a una persona o dejar que muera a las puertas del propio hospital.
El dinero es la base sobre lo que se ha construido el mundo desarrollado, y así nos va. Sinceramente, en estos casos, me parecen mucho más civilizados aquellos países a los que les llamamos “tercermundistas” que nuestra civilización del “primer mundo”.
Está claro, que este tipo de cosas no es la primera vez que pasa, ni por desagracia será la última. ¿Pero tan complicado es que nuestro mundo gire en torno al dinero?, ¿tan complicado es que el ser humano empatice con los demás, en lugar de convertirse en un ser egoísta que mire solo por su propio bien? Creo que la respuesta a estas preguntas las conocemos sin pensárnoslo dos veces: SÍ. Esta es la triste verdad que es imposible que nuestra sociedad deje de girar en torno al dinero y es tan utópico que el ser humano deje de mirarse el ombligo para levantar la vista y ver que alrededor de él existen otras cientos de personas con los mismos o más problemas que él, y mientras no resolvamos sobre todo, esta última cuestión, esta sociedad está perdida, va como el Titanic, directa a clavarse contra aquel iceberg, que es el propio ser humano, y que ya hemos visto qué puede llegar a ser capaz de hacer (véase los tiempos de Hitler, las Guerras Mundiales…).
Esta es mi reflexión, y realmente me despido asqueada y con tristeza de mi propia sociedad.

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