EL SALVADOR – DONDE MUJERES PUEDEN SER ENCARCELADAS PARA UN MALPARTO
El Salvador tiene una de las leyes anti-aborto las más forzadas en el mundo, escribió Nina Lakhani por BBC News Magazine. Eso es el artículo que trata la experiencia de las mujeres del país latinoamericano enfrente de la ley muy rígida que puede tener grandes consecuencias en sus vidas porque unos de los efectos dicho ‘secundarios’ de la ley anti-aborto es que las mujeres pueden ser encerradas por malograr.
El artículo se focaliza en algunos ejemplos de mujeres que sufrían al manos de la justicia como una joven de 19 años, Glenda Xiomara Cruz, que no sabía que estuvo embarazada pero sintió fuertes dolores abomínales y que recibió la informe que había perdido su bebe cuando se fue al hospital. Cuatro días después aunque estuvo siempre muy mal de su malparto fue cargada de homicidio agravado en una audiencia que al cual no pudo irse porque estaba demasiada enferma. Fue transferida a una cárcel un poquito fuera de la capital después de tres semanas en hospital donde se necesitó dos operaciones de emergencia. Otros casos en el artículo revelan a los médicos y enfermeros del hospital que denuncian con frecuencia a las mujeres que malogran: no existe, al menos en estos casos, el derecho al secreto medical. Además, es difícil por una mujer del Salvador demostrar su inocencia porque la ley hace que las mujeres son presumidas culpables desde el inicio.
¿Qué implicaciones tienen esa ley? En primer lugar, el obvio es que esa ley es muy contra los derechos humanos y especialmente contra los de la mujer. El sujeto del aborto es uno siempre polémico tan países religiosos, tradicional y en desarrollo como en los occidentales. Sin embargo, en el mundo occidental sería impensable condenar una mujer que sufría de un malparto. La ley en El Salvador describe las mujeres como ciudadanas secundarias en la sociedad del país. Además, la ley hace que las mujeres son más propinadas a no ir al hospital en el caso de un malparto mientras que tener recursos a abortos en condiciones peligrosas a causa de sus ilegitimidades.
Abortos se hacen para razones variadas y en países pobres y en desarrollos una de las razones son por unas finánciales. Es universalmente aceptado por los académicos que una natalidad controlada favorece a la prosperidad individual y por su puesto a la prosperidad del país*. Unos de los objetivos de los Milenimum Goals de las Naciones Unidas es reducir la tasa de natalidad en países para que se enriquezca la población. La idea es que una fecundidad controlada beneficia a la educación de la mujer y de los niños y entonces a la acumulación de saberes que en su torno ayuda a la posibilidad de encontrar a un empleo lo que hace decrecer la pobreza. No dejar a una mujer la opción de abortar es erradicar su poder de decisión y poder en cuanto al sujeto de su futuro y por eso no hace nada para ayudar al desarrollo de la sociedad y economía en cuestión, después de todo, las mujeres representan 49.6% de la población total del mundo – no son insignificantes: http://wdi.worldbank.org/table/1.5.
*excepciones existen, cf: China o India
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