lunes, 4 de noviembre de 2013

El Cubo de la Basura

El Cubo de la basura

       Así es,como ha podido comprobar y releer estimado lector,el protagonista de hoy es un simple cubo de basura, o quizás no lo es tanto ya que es el culpable del siguiente suceso el cual me ha acontecido en el día de ayer.
       Debía de ser cerca del mediodía cuando mi señora madre -mayor,con problemas de visión y de un proverbial despiste muy propio de su avanzada edad- se dirije a un centro comercial -exactamente a su hipermercado- del cual no haré mención aunque es bien conocido por su nombre en idioma francés; compra un cubo de la basura y la mujer se lo lleva a casa tan tranquila sin saber que éste andaba roto y sin piezas contenidas en el mismo.
      Bien,al llegar a mi casa a eso de 5 horas más tarde me doy cuenta de lo sucedido y me lo llevo para hacer un canje por otro en buen estado,al llegar les hago mención de lo sucedido y me dicen que según sus normas es imposible cambiarlo por otro; a todo esto me aducen que podría ser un cubo comprado en otro lugar y como que mi intención es hacer la devolución monetaria ¡nada menos que de 12 euros! vamos,que saldría de pobre además de ser acusado de algo sin ni siquiera preguntar,le explico lo sucedido y sigue en su enconamiento por lo que pido hablar con una encargada; ésta me repite lo mismo con el añadido de ir a comprobar los cubos por si estuvieran embalados al venderse y así reforzar su razonamiento; le acompaño y no sólo no lo estaban sino que abía otro más roto por lo que le hice ver que ni era tan extraño lo sucedido y cuanto menos descarado por mi parte; llega un momento en el que se rompe toda comunicación a la par que paciencia y les pido una hoja de reclamaciones para ejercer mi derecho de protesta, me ofrecen la hoja interna del hipermercado a lo que yo me niego y le exijo la que proporciona el Ayuntamiento de Madrid, se empiezan a remolonear de forma que se evitase el dármela, en vista de ello me alejo del mostrador y llamo a la policía municipal a que acuda para que interponga una denuncia por no darme el impreso de reclamación; al ver a la pareja de policías no tardaron ni un segundo en dármela para así rellenarla,en fin que así quedó el asunto y marché a mi casa con el dichoso cubo.
      Cuál fue mi sorpresa que al día siguiente me llama una mujer muy amable para preguntarme qué había sucedido el día anterior,le relato el problema y me dá la razón de una forma rayana con lo laudatorio por lo que me informa que ella esta a mi disposición y si me es posible me acerque por el hipermercado por la tarde; bien pues allí que me dirijo y sin tener que decir casi una sola palabra al preguntar por ella me tienen un cubo igual nuevo,en perfecto estado y sin ni siquiera pedirme el ticket de compra me lo cambian sin problema ninguno.
      ¿Por qué es necesario siempre llegar a usar la mayor expresión de fuera y coerción posible para conseguir algo considerado justo?
     ¿No sería más coherente haberlo hecho desde el primer momento y evitarnos por su parte un problema y por el mío un cabreo?
      En fin,parece ser que no,por lo que siempre que considere algo digno de reclamación seguiré con el mismo parecer,tirando cuál cubo de basura todo lo que no tenga valor como es la mala educación.

Un saludo.

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