lunes, 11 de noviembre de 2013

Lo intangible y lo palpable

Lo Intangible y lo Palpable

Fue un salto que lo hizo imposible,
El sentir algo que no tenía sentido.
Fue el mar quien dilucidó mi llegada,
Cuando mi llegada era imprevisible.

Pero no hay viento que remolque mi cuerpo,
Ni cajas donde quepa la sal en mis ojos,
Ni bancos que miren al mar
Que hagan de psicólogo a la vez que de asiento.


Ya no hay certidumbre,
Ni espada atravesando esperanza
Que no toque pared,
Ya no hay alas,
Ni paciencia como costumbre.

No hay ventaja comparativa,
Ni perspectiva comparada,
Tampoco hay tropiezos en una mirada,
Frases mal hechas que entredichan
En mis ojos las pupilas gustativas.

Sólo nos queda una nube de delicadeza,
Un rayo,
Un golpe a puño con sabor a cereza.

Nos queda el cine, el té,
El espejo y la botella,
Las sábanas limpias antes de caer la última estrella.

Queda lo grande y lo pequeño,
Pasando por el mezzo grande, mezzo pequeño.
Nos queda la boca rota de un Dios risueño.


Nos queda un baile, uno último,
Separados, distantes.
Nos queda una llama allí donde empezó todo,
Donde el mundo hizo aquél amor delirante

Y produjo lo intangible y lo palpable.

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