domingo, 19 de enero de 2014

Crítica al capitalismo

Con motivo de la tarea encomendada por el profesor de llevar a cabo un ensayo critico acerca del capitalismo a la luz de lo apuntado en anteriores clases, en primer lugar he de destacar uno de los aspectos más capitalmente distintivos de este modelo de organización económica (ya mundial).

La plusvalía o la obtención de los beneficios, al erigirse como la piedra angular del capitalismo merece, a mi juicio, tanto una consideración positiva como negativa. Por un lado positiva porque estimula o incentiva la creación de actividades económicas rentables (si, es cierto, basadas en muchas ocasiones en la explotación), pero al fin y al cabo que generan la circulación de capital entre los individuos (rentas, impuestos, pago de los trabajadores, consumo, etc.) En este sentido creo que las empresas tecnológicas dan buena cuenta de todo, o casi todo lo ejemplar, que el capitalismo trae consigo con el beneficio (no obstante, tengamos presente la existencia de monopolios, paraísos fiscales y otros tantos hechos que rodean a la actividad comercial de estas compañías).

Sin embargo, por otro lado, y aquí viene la archiconocida crítica marxista, no hace falta aportar nada nuevo sobre lo maligno y la explotación empresarial que los trabajadores sufren a consecuencia de la existencia de la desmedida plusvalía del empresario, la cual no se puede equiparar con la remuneración de los empleados, más aun cuando esa remuneración jamás le aportara a éstos últimos los beneficios del primero, ya que la riqueza y la creación de ésta se halla determinada por la posesión de los medios de producción. 

El sistema capitalista, tiene fallos, cientos de fallos, sin embargo, para actualizar el discurso en torno a esta cuestión me gustaría centrarme en dos grandes enemigos de la utilidad social del capitalismo, pues no creo que debamos olvidar que ante todo nos hallamos ante un sistema, un conjunto de reglas e interacciones asépticas, las cuales son y pueden ser modificadas por el ser humano; de modo que de buscar culpables, hallémoslos en estos y no en el arma.

Pues bien, en este sentido creo necesario centrar el debate, por un lado, en la des-regularización al que está siendo sometido dicho sistema, pues hemos de recordar que con las reglas necesarias para evitar los fallos del sistema podrían haberse evitado muchas hecatombes y situaciones lastimosas para con el ciudadano de a pie; con respecto a ello recuérdese, por citar solo un ejemplo, la famosa Glass Steagall Act, con la cual dicen muchos expertos (si no hubiese sido abolida por Clinton), se habría evitado la actual crisis económica.

Y, por otro lado, también a mi juicio, creo oportuno denunciar los males de la innovación financiera por cuanto creo escandaloso que a través del uso de derivados financieros se pueda apostar contra la caída de empresas, monedas o países.

No tengo la respuesta a muchos de los interrogantes que un ensayo crítico acerca del capitalismo plantea, tan solo los conocimientos de alguien que se está formando en la Ciencia Política, por lo que creo que mi opinión, de ser correcta (sería un milagro), sirva incluso para mucho.

Lo único que deseo, y esto es la aportación más propia que hago, es que se tomen (o hagamos que las tomen) las medidas oportunas para que quienes nos desarrollamos dentro de este sistema no tengamos que padecer sus defectos y desventuras

Que tengáis una buena tarde. 

Hasta luego.

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