India: de Bollywood a Calcuta, un país para crecer
Tras alcanzar la libertad y lograr su independencia la herencia británica deja en India un gobierno parlamentario, el idioma inglés y un sistema ferroviario que facilitará el desarrollo económico y democrático. Sin embargo este no es el único legado de la metrópoli.
A nivel económico India progresa, tiene una floreciente industria, posee materias primas, existe una clase media que crece poco a poco, a dado importantes pasos en ingeniería y tecnologías de la información... Sin embargo no todo es desarrollo en el país de los colores y las esencias, frente al famoso y reconocido cine boliwoodiense de Bombay, o el esplendor de Bangalore que recuerda a Silicon Valley; India arrastra consigo una pesada mochila histórica en la que encontramos todo tipo de riquezas al mismo tiempo que fuertes dosis de realidad.
Lamentablemente la India, situada geográficamente en el área meridional del continente asiático, ha perdido la batalla contra el hambre. Dice José Mansilla en su artículo “Críticas y situación actual de la India”, publicado en su blog El antropólogo perplejo.
Pese a los avances logrados, la situación actual del país se aleja de manera considerable de ser la India ideal que debería; altos porcentajes de analfabetismo, malas condiciones laborales, retraso en la incorporación de la mujer a los trabajos no agrícolas, alta mortalidad infantil, dificultades en el acceso a la atención sanitaria, gran cantidad de infectados de VIH/SIDA, prostitución infantil, la perseverancia en el país de enfermedades olvidadas como malaria, lepra, tuberculosis... son algunos componentes del día a día del lugar que vio nacer a M.Gandhi.
En cuanto a lo que se considera su mayor tesoro, sus culturas y religiones, estas constituyen al mismo tiempo su mejor suerte y su mayor obstáculo por perpetuar las costumbres tan sumamente arraigadas entre el grueso de la población que de manera irremediable conducen al estancamiento, tanto a nivel social como económico.
Frente a la grandeza del elefante la delicadeza del azafrán. Azotada por un compendio de infortunios y pese a estos, India tiene un largo camino por recorrer en el que a ciencia cierta prevalecerán las luces y sus tintes.
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